Es mundialmente conocido el debate sobre la muerte asistida. Legal o no, recurrir a esta práctica parece dignificar a aquellos que eligen las condiciones para despedirse.
Una pareja recorre los últimos años de su matrimonio: ambos saben que no hay peor forma de irse que en el olvido. El Alzheimer es una enfermedad progresiva y sin cura, padecida por adultos mayores, sobre todo. En una pequeña lista de países europeos que permiten la muerte asistida, existen agencias dedicadas a brindar el servicio a clientes de acuerdo con sus peticiones y en un trato cuya máxima es la compasión. Resultará extraño para el lector definir en términos tan simples el trabajo de dichas agencias, no obstante, alargar la vida de quien no lo desea puede representar un gran sufrimiento.
El entramado de este cortometraje desafía al espectador, hace que se cuestione lo ético de una muerte consentida y que finaliza con un deseo último. Para los protagonistas, el sueño es morir codo a codo, tomados de la mano y en un instante que recuerde sus mejores tiempos. Cuando se les pregunta la razón de escoger esta muerte, intuimos el no querer olvidarse, ya que no podría haber peor manera de morir que sin reconocerse el uno al otro. Más precisamente, vivir en el olvido de quien una vez nos amó, debe ser una circunstancia ante la cual es imposible resignarnos.
Filmado con especial detalle en los rostros de sus protagonistas, The Pact busca la empatía del público. Sin exageraciones o ambigüedades, la justa comprensión del conflicto emociona y sensibiliza desde una mirada más piadosa. El espectador, sin duda, se sentirá identificado con la escena final, cuando la muerte es demasiado cruel y significa despedirse para siempre.
The Pact continúa en nuestras proyecciones por lo que te recomendamos estar al tanto.